28 septiembre, 2009

¿Coalición?, ¿alianza?, ¿unión?... no gracias

Como ha empezado a ser normal cada cuatro años, la idea de formar una gran alianza electoral que aglutine a las fuerzas políticas progresistas y diversos sectores sociales que se oponen al modelo neoliberal imperante, vuelve a surgir y dar vueltas por el imaginario colectivo.

El nivel del discurso es muy claro: todos quieren la alianza, todos quieren unirse, todos están claros en que ese es el camino para desbancar a los grupos políticos que sin necesidad de unirse están muy claron en un punto: apoyan el modelo de reestructutración del estado y la economía nacionales.

Como es común ya, para este nuevo proceso electoral vuelven a surgir las propuestas: convenciones abiertas, acuerdos patrióticos, amplias coaliciones... Sin embargo, tras un par de meses de euforia unionista y otro par de reuniones de los comprometidos líderes, el resultado es el mismo: no hay acuerdo para formar una alianza.

Tal y como ha sido la historia latinoamericana, el gran error de las fuerzas políticas de izquierda o centroizquierda ha sido la división constante, la eterna fragmentación. Costa Rica no se queda ajena a este proceso, fuera de la extraña coalición lograda por Rodrigo Carazo (con sectores de centroizquierda y fuerzas altamente conservadoras, pero claras en que ese era el único camino para derrotar a Liberación Nacional), todos los intentos siguientes han sido un completo fracaso.

A final de cuentas, el principal problema está en que a pesar de existir acuerdos básicos sobre el modelo de país que se quiere, sobre la principal problemática por enfrentar, sobre la necesidad de construir una oposición con opciones de triunfo, sobre la importancia de reconstruir un nuevo equilibrio de fuerzas políticas, sobre la importancia de canalizar y encausar todos esos esfuerzos que en octubre de 2007 mostraron juntos ser casi tan fuertes como el otro lado de la acera; las barreras infranqueables vuelven a interponerse: todos quieren la coalición siempre y cuando yo sea el líder, todos quieren la unión siempre y cuando sea en torno a mí, todos quieren la alianza siempre y cuando sea bajo mi bandera predominante.

Así, vanidades, ambiciones, pretensiones, ilusiones personalistas, compromisos previos, se convierten en las grandes trabas de un acuerdo que solo en el discurso ha puesto el país primero.

Así las cosas, nuevamente vemos cómo para el proceso electoral de febrero próximo, las fuerzas opositoras al actual modelo de desarrollo, en lugar de sumar votos para constituirse en una opción sólida con posibilidades de triunfo, se atomiza en diversos grupos y grupúsculos que no harán más que fragmentar el voto y, con ello, facilitar el continuismo; con el agravante de que esta fragmentación implicará no solo la pérdida del Ejecutivo, sino que significará probablemente que el umbral del subcociente se alejará para varios grupos, facilitando la llegada de diputados con residuos mínimos, pero suficientes para dar una mayoría al grupo que -a como pintan las cosas- se tornará ganador.

Fue necesaria en Chile una dictadura de diecisiete años para lograr la Concertación... fueron necesarias en Uruguay dictaduras y largos procesos de diálogo para lograr el Frente Amplio... ¿qué será necesario acá?

15 septiembre, 2009

Con Eva y Chema: ¿otra política es posible?

El Partido Frente Amplio está en proceso de designación de sus candidatos a diputado. Con diferentes modalidades, las provincias designan sus postulados en un proceso que se busca participativo y abierto.

San José realizó su proceso y resultaron electos para los dos primeros puestos de la papeleta el abogado José María Villalta y la psicóloga Eva Carazo.

Este proceso resultó ser una agradable sorpresa pues los conozco a ambos desde nuestras épocas de luchas estudiantiles, hemos compartido, trabajado juntos, diferido en muchas ocasiones... Nos hemos perdido y reencontrado y hemos sido de los que "siempre andan por ahí".

Conocí de cerca el trabajo de Eva como Presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica -primera mujer en ocupar ese puesto-, y de José María como representante ante el Consejo Universitario, también en la UCR. Conocí de cerca la lucha de ambos contra el Combo ICE y contra la aprobación del TLC-CA-EEUU. Eva y José han sido siempre consecuentes en su posición política, en sus luchas y en sus ideales.



Con Chema y Evita, renace una esperanza en que una forma diferente de hacer política es posible, donde priven ideales y no negocios personales, donde el contacto cotidiano con la gente sea objetivo fundamental, y no acto proselitista; donde todos tengamos lugar...

El Frente Amplio, nacido desde sectores de la izquierda tradicional de este país, muestra con la designación de estas candidaturas jóvenes, una vocación inclusiva de los más diversos sectores sociales, un afán de abrir los espacios de participación popular... y además, se apunta en un cambio generacional que estamos seguros permeará la escena política en caso de resultar electos.



Con Eva y Chema podemos confiar en que otra política es posible, y, a partir de ella, en que otra Costa Rica es posible.
Free counter and web stats