26 agosto, 2009

El centenario de Manuel...


27 de agosto de 1909, nace en San José Manuel Mora Valverde. Un centenario poco publicitado, de perfil bajo hasta ahora; sin embargo, no podemos dejar de recordar al fundador y líder histórico del Partido Comunista costarricense -desde los años cuarenta, Partido Vanguardia Popular-.

Visionario, contructor de un proyecto propio en años de centralización estalinista del movimiento comunista; Manuel nunca perdió su independencia de criterio para plegarse a los dictados llegados desde fuera.

Brazo político instalado en el Comgreso mientras CALUFA organizaba la Huelga Bananera en 1934, entendió Manuel y sus compañeros que la lucha era posible, que las reivindicaciones sociales eran objetivos con posibilidad de ser cumplidos.

Ya en 1938, tan solo siete años después de fundado el PC, Manuel habla de contruir un "comunismo a la tica", un "comunismo criollo", que considerara las particularidades del desarrollo del estado costarricense, y que, desde esta consideración, renuncia a la lucha armada como opción viable para llegar al poder. Desde trincheras legislativas, su verbo brillante y apasionado, acompañado por tantos otros compañeros, logró influir más de lo que muchas guerrillas e insurgencias logró en nuestra América.

Con un papel fundamental en el proceso de reforma social y del estado generada en los años cuarenta; Manuel, junto con Calderón, Sanabria, y posteriormente, Figueres y su grupo, logran sentar las bases de la Costa Rica que conocimos y que poco a poco hemos dejado ir perdiendo, la Costa Rica capaz de generar oportunidades para las mayorías.

Sufrió Manual la cárcel, el destierro y las críticas de sus compañeros de línea dura... sufrió los avatares de la política mal entendida y estrecha de vista; sin embargo, sus ideales no fueron trastocados y mantuvo una intachable actividad en la defensa de sus principios hasta el final de sus días.

Supo Manuel negociar, reconciliar, ser solidario, generar, construir.... se equivocó, erró, falló en algunos momentos como buen ser humano que fue; pero su legado es innegable y reconocido por propios y extraños, amigos y enemigos políticos, por un amplio espectro ideológico que reconocen en él un compromiso auténtico con las grandes mayorías necesitadas y con el desarrollo de la justicia y la equidad en Costa Rica. Este reconocimiento a su compromiso con el país se vio reconocido con la aprobación de su benemeritazgo, homenaje póstumo más que merecido.

Sirva su centenario para recordar que es posible la política honesta... que es posible construir el cambio, que es posible ser consecuente...

22 agosto, 2009

Cartas marcadas, dados cargados o partidos con dueño...

Viernes 21 de agosto, Asamblea Nacional del Partido Liberación Nacional convocada con el fin de elegir los candidatos a diputado que integrarán las papeletas provinciales en las elecciones por realizarse en febrero próximo.

La Asamblea se convoca para sesionar los días viernes y sábado y así finalizar su tarea. Sin embargo, en un derroche de eficiencia poco común en nuestros lares, solamente se necesita la primera jornada para finalizar la tarea.

De un modo sospechosamente ágil, se designan los candidatos a diputados, la mayoría de ellos sin siquiera someter su nombre a votación, sino que electos por aclamación.

La delfina de los hermanos zapoteños logra -impone- sus candidatos en todas las provincias, en todos los puestos, sin discusión alguna, excepto por un par o tres rebeldes que se atreven a someter su nombre a consideración de una Asamblea que no hace más que decir: Sí señora... lo que ustede mande!

El modo en que se realizó esta designación deja claro cómo lo que se impuso fue la línea de partido, cómo la virtud deseable en el ciudadano que postuló su nombre no fue su trayectoria, ni sus atestados, ni su proyecto político, ni su visión de país, ni su honestidad comprobada (también se coló al menos un cuestionado en la lista...); el criterio suficiente fue uno solo: la bendición de la Mamá Grande (y con ella del abuelito engripado).

Liberación Nacional muestra una vez más ayer ser un partido tomado, un partido donde el personalismo y la construcción de una maquinaria electoral son el objetivo último, un partido donde no hay lugar para el disenso, no hay lugar para el debate. Un partido donde los liderazgos frescos se añejan rápido y donde la posición ideal es con la cabeza un poco agachada, atenta a escuchar las órdenes superiores...

Con la designación de ayer queda claro el perfil de la próxima bancada liberacionista... un rebaño tan domesticado como decía Don Pepe, seguidor fiel de la "línea de partido" sin cuestionamiento alguno. Una bancada donde los candidatos ya entraron debiendo, en deuda con la candidata que les da su visto bueno y los impone a una Asamblea... mientras el Gran Hermano está mirando.
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