12 octubre, 2009

Las vicepresidencias de Laura...


Hoy doce de octubre, precisamente en la fecha en que el Partido Liberación Nacional celebra su aniversario, la candidata oficialista realizó el anuncio de quiénes serán las personas que la acompañen en su fórmula presidencial.

Más allá de la única labor claramente establecida para un vicepresidente -sustituir a su superior-, las designaciones realizadas por Chinchilla claramente denotan el juego político que llevaron por detrás.

Con sus designaciones, la candidata deja claro cuáles son sus áreas débiles, y, en consecuencia, de qué modo busca minimizarlas con el fin de que no vayan a alterar su campaña y su posible elección.

Primero, la designación de Alfio Piva, académico, exrector de la Universidad Nacional, pero principalmente, un científico reconocido. Con ello, Laura tiene en una de sus fichas una persona con un perfil respetable en cuanto el tema ambiental -no en vano los últimos años Piva se ha desempeñado en el INBIO-, tema que llama bastante la atención en el electorado y que es uno de los trapitos de dominguear del país -al menos discursivamente- para salir a la escena internacional.

Por su parte, Luis Liberman, economista, se centrará en otro de los puntos claramente débiles de Laura ante candidatos como Otto u Ottón, que es el tema económico. Si bien es cierto, con una posición bastante conservadora y defensora del modelo neoliberal que hemos venido viviendo, Liberman se encargará de dar respuestas en este campo, en un año electoral que estará mediado por la crisis y la desaceleración de la economía; respuestas que hasta ahora han sido flojas de parte de la candidata.

Por otra parte, ambos candidatos a la vicepresidencia son hombres, Laura claramente busca con ello mantener en el mínimo exigido la cuota femenina (uno de tres en la fórmula presidencial) y tratar de minimizar los efectos del voto conservador en ciertos sectores de la población que -lamentablemente- aún ven con recelo una candidatura femenina. Este punto se refuerza con el hecho de que ambos son hombres mayores, reforzando el discurso cuasi patriarcal de la experiencia como ese requisito deseable para aspirar a altos cargos.

Del mismo modo, ambos son personas que si bien han tenido su militancia política, no son figuras reconocidas como parte de esos "eternos" funcionarios de gobierno ni como parte de las cúpulas partidarias. Indudablemente, con ello Laura buscará minimizar críticas que los asocien con el actual gobierno -tan golpeado por diversos casos de corrupción en diversos ámbitos-, no en vano ambos vienen del sector privado y con un bajo perfil ante la opinión pública, lo cual si bien por un lado puede ser debilidad (no recurrir a las figuras conocidas), por el otro lado puede ser una fortaleza en momentos en que las cúpulas partidarias se ven tan golpeadas y deslegitimadas.

La movida de Laura es apostar a mantener lo que tiene antes que buscar con su designación ganar nuevos votos. Su mensaje es conservador, un "ir a lo seguro", donde sus debilidades propias se vean minimizadas por el perfil que sus candidatos puedan tener, donde sus carencias puedan ser disimuladas por el aspecto grave y patriarcal de sus dos guardaespaldas.

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