¿El Salvador vencerá?

Hoy se ha realizado la elección presidencial en El Salvador y al momento de escribir este texto, con poco más del ochenta por ciento de las actas de votación escrutadas, el FMLN lleva una ventaja, pequeña pero suficiente para ver una tendencia clara: ¡El Frente gana!

Años de guerra, negociaciones, mártires y desaparecidos; una dura transición hacia el fin de la guerra, una paz violenta, veinte años de ARENA, parecen dar paso a una nueva época. Al fin parece que la conciliación es posible... y que la democracia es un poco más real...

La tensa calma con que el Frente espera no es más que herencia de tantos miedos... pero parece que la esperanza es posible también para el Pulgarcito.

Con este resultado, El Salvador se une a una corriente cada vez más fuerte en Latinoamérica de separarse de la ortodoxia neoliberal que gobernó por veinte años y de la que ARENA es representante ya desgastada por tantos años en el gobierno.

Sin embargo, para lograrlo el Frente debió abandonar su discurso de línea dura de izquierda, con un candidato ajeno al pasado guerrillero pero afable y socialmente comprometido. El Frente llega con un discurso moderado, ajeno al pasado revolucionario, pero inclusivo de grandes sectores tantas veces reprimido.

Estos ascensos de una nueva izquierda latinoamericana, refuerzan la lectura del fracaso de un modelo de desarrollo neoconservador, colapsado, excluyente y segregante; pero se convierten en un gran reto, la construcción de un modelo surgido desde lo latinoamericano, reconociendo las particularidades regionales y culturales, ajeno a los dogmas que de todas direcciones han llegado y tan pocas veces han funcionado.

¿Será posible para Latinoamérica encontrar su propio camino?