Mío, tuyo, nuestro... a propósito de las políticas de uso de Facebook

Durante los últimos días hemos sido testigos y partícipes interesados en la polémica surgida a partir del cambio en las condiciones de uso que Facebook ha realizado y por la cual asume el "derecho" de disponer del material subido por sus usuarios (tanto información como imágenes y otros textos) mientras lo considere pertinente (llámese a perpetuidad).

Justificada por el hecho de que mucho de este material es compartido con otros usuarios (¿los han etiquetado algun vez?), la empresa considera conveniente reservarse el derecho de mantener en su poder y utilizar esta información o textos, aún cuando el dueño original abandone el uso de la red.

Esta situación pone de manifiesto nuevamente esa falta de definición de "derechos informáticos" que como usuarios de diversas herramientas o redes sociales necesitamos.

Así, un primer punto es: ¿puede una empresa apropiarse de material que tiene una naturaleza privada aún cuando haya sido compartido? De entrada nuestra respuesta obvia es que no, sin embargo, jugando a abogados del diablo, debemos considerar que ese material "privado" lo estamos ubicando en un sitio igualmente privado que nos funciona como anfitrión, pero que al ser el dueño de casa pone las reglas del juego. En ese sentido, el punto es si la empresa se apropia del material y si nosotros al utilizar estas redes sociales lo estamos convirtiendo en algo que ya no nos pertenece y que cedemos a nuestro entorno virtual.

Un segundo punto: ¿puede una empresa modificar unilateralmente y sin comunicar a todos sus usuarios las condiciones de uso? En este punto, pues es lógico que una empresa que maneja una red virtual puede definir las reglas del juego mediante las cuales nos presta su servicio, sin embargo, una modificación en esas condiciones debería ser comunicada a cada usuario, quien sería libre de aceptarla u optar por abandonar esa red. Acá, sí nos parece inadecuado el proceder de la empresa, pues deja al usuario en estado de indefensión; nunca el usuario estará revisando periódicamente las condiciones de uso, en principio lo hizo una vez al iniciar la relación con la empresa.

Este punto es de lo principales en una controversia como esta, pues como usuarios debemos tener siempre claras las reglas del juego que se nos impongan, y por tanto, ser comunicados de cualquier cambio en ellas.

El tercer punto que surge desde esta controversia es la posibilidad de una empresa de utilizar información personal -y por tanto privada- sin que necesariamente esté definiendo qué uso quiera dar. El manejo de la privacidad y el derecho a resguardar nuestra privacidad quedaría acá en riesgo, haciendo posible que esta sea violentada o accesada por diversas otras empresas o personas.

Si bien es cierto el mencionado cambio en las políticas de uso ha sido suspendido por el momento dadas las numerosas reacciones contrarias que se han dado, consideramos importante que estas situaciones se eviten, consolidando un conjunto de derechos que asistan o resguarden la privacidad e información personal, aún cuando estemos en libertad de hacerla accesible a quienes decidamos mediante el uso de las redes sociales virtuales.

En momentos en que la cantidad de usuarios de estas redes y su papel en la redefinición de las relaciones sociales va en aumento, se hace cada vez más necesario consolidar un conjunto de reglas del juego que permita el acceso a las redes, los vínculos y traspasos de información, pero que a la vez generen diferentes niveles de seguridad en torno a la privacidad de la información personal, y en fin último, protejan a la persona ante todo.